domingo, 26 de diciembre de 2010

"POR DIOS Y POR LA PLATA"


El pasado 16 de diciembre de este año que se termina, tuvimos la suerte de presentar nuestro más reciente libro publicado: "Por Dios y por la Plata", en el Salón de los Espejos del Palacio Municipal de Lima.
El evento se desarrollo dentro de un marco muy especial porque acudieron a él muchos amigos que escucharon atentos las disertaciones de quienes estuvimos en la mesa. Pero lo más resaltante fueron los comentarios de los dos presentadores especiales que tuvimos. El primero fue el Lic. Benjamín Blass Rivarola, amigo de la universidad y funcionario de la Biblioteca Nacional del Perú, quien hizo un análisis exhaustivo de nuestra obra y sorprendió a todos por revelar el giro que hemos dado a nuestra producción literaria. Dijo que desconocía nuestra versatilidad para transportarnos de la literatura infantil, tan deliciosamente cándida y aleccionadora, hacia una literatura de adultos con un tema tan controversial como es la corrupción política.
El otro presentador fue nuestro gran amigo, compañero universitario y mejor escritor, Gonzalo Portals Zubiate, quien desmenuzó prolijamente los diez cuentos que constituyen "Por Dios y por la Plata", antes había hecho una introducción fantástica sobre la relación que tenemos como hermanos gemelos y nuestra producción intelectual.

Desde aquí agradecemos a todos y esperamos que este libro de cuentos políticos les guste y encuentren en él lo que nosotros hemos intentado demostrar: un ejemplo de lo que nunca debería ser la política en cualquier país democrático.

lunes, 1 de noviembre de 2010

BELLAVISTA


Este hermoso y tradicional distrito chalaco que nos vio nacer, ha cumplido 95 años de creación política el pasado 6 de octubre. Pero su existencia como centro poblado data desde la época pre incaica. En la colonia, luego de maremoto de 1746 que destruyó el Callao, el virrey José Antonio Manso de Velasco decide construir la nueva ciudad en la zona conocida como "buena vista", espacio agrícola muy hermoso. La pequeña ciudad se diseñó con tanta gracia que Bellavista, como la conocieron desde entonces, se convirtió en un agradable lugar de hospedaje de virreyes y personajes notables cuando desembarcaban en el puerto del Callao, en su periplo hacia Lima.
Su estratégica y segura ubicación hizo que Bellavista también se convirtiera en lugar preferido de los militares peruanos, para reunirse y desde allí elaborar sus estrategias que defenderían al Callao de ataques invasores como del 2 de Mayo de 1866.
Es indudable que la zona más tradicional de Bellavista es la Plaza Isabel la Católica, antes Plaza de Armas, donde se ubican la centenaria iglesia San José y la Municipalidad. Las calles aledañas todavía conservan ese formato antiguo que nos recuerda nuestra infancia, cuando salíamos a comprar dulces o, simplemente jugábamos en las veredas. Tuvimos la suerte de vivir a unos pasos de la plaza, en la calle Elías Aguirre, paralela a Colina, la avenida principal de la década de los cincuenta. En nuestras retinas han quedado impregnados las imágenes de un barrio con estilo parecido a Barranco, con el mismo olor a mar y jardines, con las mismas casonas que suenan a madera y quincha, con la misma antiguedad señorial de sus faroles y la gente porteña de finales de los años cincuenta, cuando la Sonora Matancera reinaba en las vitrolas de los bares.
Vivimos allí hasta los cuatro años y nuestro recuerdo infantil de Bellavista no se compara con las urbanizaciones de clase media que hoy rodean a este pequeño espacio que se resiste a olvidar tiempos de gloria.
(En la foto, estamos en la entonces Plaza de Armas de Bellavista -hoy Isabel la Católica-, detrás de nosotros apenas se insinúa la borrosa imagen de la iglesia San José. Era 1959, teníamos dos años).

lunes, 11 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA, PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010


La noticia sorprendió a todos no por ser imprevista, sino porque ya nos habíamos cansado de esperarla por casi treinta años, desde cuando Gabriel García Márquez ganó el Nobel en 1982. Entonces abrigamos la convicción que el próximo debería ser MVLL; a todos sin exclusión nos pasó por la mente esa lógica mágico realista que, en verdad, no tenía que ser una obligación para los academistas del premio Sueco.
Pero cuando menos lo esperábamos, cuando su representante editorial en la Feria de Francfort pasaba por momentos difíciles, llegó la noticia que conmovió a latinoamérica y España: Por fin Mario Vargas Llosa era Premio Nobel de Literatura.
Nosotros conocimos a este eximio novelista tal como lo hicieron todos los escolares pobres de los años setenta, a través de sus cuentos Los Cachorros, Los Jefes y La ciudad y los perros, publicados en la famosa serie Populibros que impulsó el gobierno de ese entonces. Libros de a sol que se convirtieron en nuestras obras de cabecera.
Junto con MVLL, también conocimos a Ribeyro, Arguedas, Vallejo, Ciro Alegría y otros clásicos peruanos. Nuestra biblioteca engordó con la propina semanal de nuestro padre y cuando desapareció esta promoción, languideció también su crecimiento. Después tuvimos que contentarnos con libros de segunda mano o juntar más dinero para, con mucho esfuerzo, comprar una obra que nos interesaba. Ello, nos puso nuevamente en desventaja con referencia a otros muchachos que sí podían adquirir las nuevas novelas de Mario Vargas Llosa.
Por eso, cuando un amigo editor -José Bonilla Amado-, nos hizo la propuesta de hacer una historieta en base a La guerra del fin del mundo entregándonos un libro para estudiarlo, nos pareció una bendición. Aprovechamos para leerlo tres veces. Además, nos acercamos al contexto de la trama investigando la verdadera historia sucedida a finales del siglo XIX en Brasil y que se conoció como la Guerra de los Canudos. Eso nos dio una ideal cabal de esta magnífica obra, aunque el proyecto de Bonilla Amado nunca se pudo concretar.
Para muchos, entre los que nos incluimos, la Guerra del fin del mundo es su obra cumbre como novelista, no solo por la complejidad de la trama, sino porque en ella descubrimos a un escritor que se despoja del ropaje de contador de vivencias propias o cercanas -sin negar su magistral técnica-, para entrar en los linderos de una ficción germinada en hechos históricos que nunca vivió, pero que los cuenta como si hubiese compartido al lado del santón Antonio Conselheiro, o disfrazándose de un deforme secretario-escritor recogido por esa misericordia mística que siempre nace en medio de las más profundas crisis económicas, políticas y sociales.

viernes, 20 de agosto de 2010

CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL MAESTRO IZQUIERDO RÍOS

Francisco Izquierdo Ríos, recordado maestro y escritor, es el cimiento sobre el que se ha construido la literatura infantil peruana. Lo conocimos un par años antes de su fallecimiento. Era un hombre cálido y desprendido; un poco bajo de estatura pero gigante cuando hablaba de la importancia de gestar una literatura infantil peruana en contraposición de las literaturas foráneas que tanto ocupan las fantasías de nuestros niños.
Nuestros caminos se cruzaron no causalmente, sino como una necesidad del destino para contribuir esfuerzos bajo una misma causa. Mientras don Francisco Izquierdo Ríos era un experimentado maestro, nosotros éramos unos mozalbetes en busca de guía a nuestras inquietudes por escribir y dibujar cuentos infantiles peruanos.
Aún recordamos nuestro primer encuentro, en una casa editorial vecina al desaparecido local de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), en la cuadra cuatro del jirón Puno, en Lima. Ya había publicado su libro de cuentos Voyá (Ed. Lima, 1978) y estaba por ejercer la presidencia de la ANEA.
El gestor de la entrevista fue don Moisés Bendezú Riveros, dueño de la editorial Lima, quien nos convocó a una reunión "con un amigo escritor que les va a enseñar mucho acerca de hacer cuentos peruanos".
El momento fue emocionante para nosotros pues sabíamos que ese escritor era el autor de El bagrecico, un maravilloso cuento selvático que habíamos leído en nuestra niñez. Recordamos todo como si fuera ayer: su terno color marrón, una chaqueta de lana y ese característico peinado que muestra en sus fotos clásicas. Se nos acercó ya prevenido por el editor de cuál era nuestro interés y nos preguntó:
-¿Así que ustedes quieren escribir cuentos peruanos para niños?
-¡Sí! -le respondimos.
-¡Bien, muchachos! Yo tenía su edad cuando empecé la gran proeza.
Por la emoción, no reparamos que esta conversación inicial de nuestro encuentro sonaba familiar. Sí, más tarde caimos en cuenta que era sorprendentemente parecido al diálogo entre el viejo bagre y el bagrecico con que se inicia la aventura de su famoso cuento.
Después de eso, nos entrevistamos otras veces más para que nos orientara sobre cómo escribir cuentos para niños. Le hicimos llegar nuestros manuscritos que leyó con atención y paciencia. Como es de esperar, nos recomendó leer mucho y tomar nota de los cuentos que nos narraban oralmente los abuelos, allí está -decía- la esencia de nuestra literatura infantil.
El interés que prestó a un par de jóvenes que recién habían terminado la secundaria, desconocidos y todavía verdes en los avatares de la literatura, nos dejó la más extraordinaria lección: ser humildes y generosos con los que están iniciando su largo camino hacia la meta de sus vidas.
Francisco Izquierdo Ríos va a cumplir el centenario de su nacimiento este 29 de agosto, es justo recordarlo como se merece. Nosotros, por nuestra parte, siempre lo tendremos en el corazón y lo consideramos el maestro que nos brindó sus enseñanzas, no en el aula, sino en la mesa de un humilde restaurante del Jr. Belén, mientras bebíamos un magro y solitario café, sin poses de divo ni vaca sagrada. ¡Viva el maestro!

miércoles, 11 de agosto de 2010

TABITA Y TABITO


Este cuento de nuestra autoría, finalista del I Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor - Perú, 2009, fue presentado por Ediciones SM en la Feria Internacional del Libro el pasado 31 de julio. Debemos ser agradecidos con un señor que se fajó porque la edición de Tabita y Tabito fuese hermosa; nos referimos a nuestro amigo Carlos Maza (en la foto), quien tuvo palabras elogiosas e hizo de sorprendente cuentacuentos dándole lujo a la presentación realizada en la carpa infantil de la FIL.
Asimismo, un agradecimiento a José Luis Ayala por haber publicado el día de ayer en la página cultural que él dirige en el diario La Primera, el nacimiento oficial de esta obra; aspiramos con ella lograr las mismas o mayores satisfacciones que nos ha dado nuestra Fábulas peruanas.
Muchos amigos nos han preguntado por qué el título medio raro. Como aclaró en la ceremonia de premiación, Ricardo Gonzalez Vigil, prestigioso crítico literario peruano, tiene que ver mucho con la popular denominación que le damos a los zapatos en el Perú: Tabas. Y la historia se refiere justamente a un par de zapatitos.